27.6.07

Fuerza Transformadora

En estos días tan pre-sufragables
me despierto cada mañana
con una nueva sonrisa
un nuevo flequillo
combiaciones de estos
más y más
militancias k´s
pro-puestas.

el número uno se lo lleva
sin duda alguna
la Fuerza Transformadora.

el afiche que ha colonizado
la ciudad entera
muestra a cinco personas.
cada una lleva
la camiseta de un equipo diferente.

-De izquierda a derecha-

La de instituto,
la de boca,
la de talleres,
la de belgrano
y por último
la de river
plate.

a todos los une
una bandera.
sostenida principalmente
por los de los extremos.
el de river
y el de instituto.
los albirrojos.

-Los albirojos-

Los albirrojos
de la Fuerza Transformadora
son dos.
se ubican en los extremos
equilibrando la imagen.
casi un segundo encuadre.

-El de instituto es joven-

El de instituto es joven
y es el primer albirojo.
sonríe.

los bastones rojos
que en combinación con los blancos
conforman la identidad cromática
del club de alta córdoba
tienen sus límites
y sus fronteras
difusas
diluidas.
el blanco quiere ser rojo
y viceversa.

-La señora de boca-

La señora de boca
es la única
señora.
sonríe y
sostiene la bandera
en sintonía con sus compañeros.
está convencida
que el pueblo aplaudirá el gesto
de su puño aferrando la bandera
con firmeza.
la lealtad a la F.T
presente en sus meta-tarsos.

La franja oro
que cruza horizontalmente
ese mar azul oscuro
pasa del torso
a la manga
como si hubiera pasado
una brocha gorda
del paint.

-La camiseta del de talleres-

La camiseta del de talleres
es sencillamente
perfecta.
los barrotes azules
no respetan el cuello.
se elevan hasta donde la prenda
se los permite.
hasta donde la tela
existe.

los barrotes azules
al igual que los bastones rojos
y la brocha oro
son indiferentes
a cualquier tipo de pliegue
textil.

-El más canchero-

El más canchero
es el de belgrano.

tiene la ceja de su ojo derecho
perforada por un piercing.
y usa la única remera
sin tunear.
una remera celeste
lisa
con un bolsillo
a su izquierda.

si lo viera caminando
por bv san juan
no me daría cuenta
que es una remera de belgrano.
tal vez la es
y se la regaló su abuelo
que jugó dos años en belgrano
del 35
al 37.

-El otro albirrojo-

El otro albirrojo es
un gordo con raya al costado.
por alguna razón
no puedo dejar de observar
el pequeño bulto
que emerge
de su axila derecha.
la que limita con el canchero
de belgrano.

11.6.07

dobermans

El planeta comienza a apagarse. La electricidad combate lo que la naturaleza dispone. Los faroles lo saben, los ascensores lo saben, los renault 12 lo saben. Los que todavía caminan levantan su suela del piso mucho menos de lo que lo hacían 8 horas atrás.
La gravedad aumenta. Lo negro también.
El último poste de luz cumple su función en este planeta. Es una consecuencia de la electricidad y bien lo sabe. A las 7 en invierno, a las 9 en verano. Hoy es invierno.
La electricidad combate lo que la naturaleza dispone, murmura el kiosquero mientras saca de la heladera la última Pritty de litro y medio. Afuera, un doberman marrón ladra y el kiosquero lo escucha. También lo escucha una rubia que, junto al cordón de la vereda, le hace señas al chofer del C4.
El planeta ya es negro cuando se oye el timbre que sincroniza perfecto con una lucecita roja que se refleja y tiñe la frente sudada y grasosa del chofer.
El vehículo frena.
Un pelado mira por la ventana un doberman negro y se pregunta cuantas veces oirá el chofer ese timbre por hora, por día, por año. Intenta imaginar alguna fórmula para calcular el promedio mensual pero ese pensamiento se le escurre por sus ojos que ahora miran atentamente la forma ovoide que se crea, al dilatarse al máximo, en el último esfínter del doberman negro que mira fijo al pelado mientras parece estar dando a luz a 4 o 5 dobermancitos.
Perro, cielo, caca negra. El universo, todo conspirado, vira al negro.
El ómnibus frena nuevamente y esta vez todos se bajan en la misma parada, incluso el chofer. No hay casas, no hay gente. El kiosquero, la rubia, el chofer, el pelado y los 2 doberman caminan, junto a otros 17 pasajeros, todos en la misma dirección mientras toman, del pico, pritty. Se pasan el envase de plástico, ya abollado, de mano en mano. Aunque el líquido sea amarillo, esté caliente y sin gas; el que la recibe sonríe diplomáticamente a quien se la ha pasado.
Ningún viento los acompaña. El viento no existe. Nunca existió.

post me

no levantarse de la cama.
escuchar doors
piazzolla
el motor de la heladera.