17.12.08

Las gaviotas quieren conquistar el mundo. Parte 16.

Una vaca qué?




- Igual una vez no me quedó otra…
agregó papá.
- Cómo?
- Sí, que una vez fumé esa porquería; pero no cuenta.
- Cómo que no cuenta?
- Sí, porque no tragué el humo
- Y para qué fumaste?
- Pasa que estaba con una mina, una de las veces que fui a Nueva York. Estábamos sentados tomando algo en un bar y ya estábamos los dos medios borrachos. A mi se me complicaba mucho con el idioma, pero cada whisky que me tomaba me ablandaba más la lengua. Y entonces en un momento la mina me pregunta si yo fumo y yo, para hacerme el canchero, le digo que a veces sí, pensando que hablaba de cigarrillos normales y ahí nomás sacó un cigarrillo de droga de su cartera…
- Un cigarrillo de droga?
pregunté conteniendo la risa
- Sí, un porro…
- Ajá… Y?
- Y nada, que ahí nomás lo prendió y yo no me animé a decirle que en realidad yo pensaba que se refería a los cigarrillos normales. Le pegó varias pitadas y después me lo pasó. Le di una sola seca y se lo devolví; guardé todo el humo en mi boca y garganta y apenas miró para el otro lado, lo largué y entonces…

Papá seguía hablando pero yo ya no lo escuchaba. No quería saber como había terminado la historia. Recordé que todas las veces que había ido a Estados Unidos, todavía estaba casado.
Ya no me dieron muchas ganas de seguir hablando así que decidí ir directamente al tema por el que lo había llamado.


- Y vos qué decis que haga con esta mina, viejo? Me gusta mucho pero está en otra… Según ella no quiere volver a verlo al novio pero no sé; es muy rara… Está sola acá en España, la quiero ayudar; quiero que se enganche conmigo. El novio le pega viejo, le pega...

Papá me escuchaba sin comentar. No sé si realmente estaba prestando atención a lo que le decía o es que seguía leyendo un artículo sobre la utópica restauración de la democracia en Irak en el suplemento Enfoques de La Nación.


- Me estás escuchando papá?
- Claro que sí.
- Ah, como no me decís nada…
- Es que, hijo, lamento decirte que no te digo nada porque en estos momentos no hay nada que se pueda hacer. Es como si a una palomita de la virgen le hubieran dado un hondazo…

Palomita de la virgen. Mi papá es una de esas personas que cuando va al campo se la pasa mirando para arriba y puede descifrar, tan sólo con la silueta o el canto, el nombre de cada pájaro. Tiene un libro que se llama “Las 1001 Aves de Argentina”. Uno de las primeras veces que el juez del divorcio autorizó a que yo pasara todo el fin de semana con él, me llevó a la casa de campo. Sólo nosotros dos. Mis hermanos aún todavía estaban muy dolidos, no lo querían ver; lo culpaban a él por la separación. Yo también, pero al mismo tiempo me daba mucha lástima verlo sentirse tan culpable. Era la primera vez que íbamos solos al campo, y obviamente el clima era muy distinto a como había sido siempre que íbamos los cinco. A la noche la cosa se puso más incómoda todavía porque estábamos los dos sentados a la mesa, casi sin hablar, con el ruido del sol de noche como único sonido ambiente. El se dio cuenta de lo mal que la estaba pasando y entonces me dijo:

- Te desafío a un juego!

Yo tenía que elegir cualquier pájaro del libro, tapar su nombre, mostrarle la ilustración y él adivinaría que ave era. Le pegaba a todos. Lo que más me molestaba es que después de que yo le decía que sí, que había adivinado, hacía comentarios del tipo “esos hay sólo en el litoral, sobre todo en Corrientes” o “este pájaro en particular es vital para el ecosistema cuyano porque se alimenta a base de víboras y ratones que, a su vez, se alimentan de uvas”. Todavía me acordaba de algunos pájaros del libro: el sietecolores, la calandria, la urraca, el quinto b o bicho-feo; pero no de la palomita de la virgen. Tampoco de las gaviotas. Estaba convencido de que nunca le había hecho adivinar esa paloma a papá, por lo que no podía hacerme una imagen gráfica del bicho. Me imaginé una paloma con un mini disfraz de monja; no pude evitar reírme.

- Vos reite nomás pendejo, pero escuchalo a tu papá que de esto algo sabe. Es como te dije, esa tana es como una palomita de la virgen que la han cascoteado. No hay que intentar hacerla volar porque aun está dolida y puede ser peor. Hay que esperar que, con el tiempo, se reponga sola...
- Se reponga sola…
repetí sin poderme quitar de la cabeza la imagen de la paloma-monja.
- Sí, sola hijo… Y sola volverá a volar, recién cuando esté lista…
- Recién cuando esté lista…
- Vos me estás tomando el pelo, pendejo?
- No, por?
- Porque no hacés más que repetir lo que digo.
- No viejo, es para mentalizarlo… Che, y si vuelve con el novio, que hago?
- Mmm… Y nada Juan, si hace eso es que es una vaca alambrera…

Mi papá y sus alegorías rurales.


- Una vaca qué?
- Alambrera hijo, una vaca alambrera.
- Y qué se supone que es eso?
- A veces, en los ganados, hay algunas vacas que no se sabe bien por qué, les gusta escaparse del grupo; cruzan el alambrado, aunque sea de púa. Los peones le suelen colgar largos palos del cuello para que se enganchen en el alambre y no puedan cruzar, pero no hay caso. Son alambreras y siempre, como sea, se escapan. Vaca alambrera, muere alambrera..
- Pero como lo cruzan, no se enriedan con el palo?
- Nadie sabe como hacen, parece que toman carrera y lo saltan.
- Que bárbaro… Che, y cuál es la relación de Caterina con la vaca alambrera?
- Eso, que por más esfuerzos que hagas, la vaca alambrera, muere alambrera.
- Ajá… No puede cambiar?
- No Juan, las vacas no cambian, la gente tampoco, y mucho menos las minas.
- Claro…
- …
- ….
- Che, cómo anda mi primo Huguito? Esta ahí? Me pasás con él así lo saludo?

Miré a mi tío. Seguía durmiendo abrazando la almohada, de costado. En la parte del colchón que estaba junto a su boca abierta, había una mancha de baba con la forma de Brasil. Una de las pocas cosas que sé de mi tío después que se fue de Argentina es que apenas llegó a España se había casado con Marilia, una odontóloga de Porto Alegre que también pensaba que su vida iba a ser mejor en Madrid. Una tarde me contó que se habían separado después de medio año porque no tenían sexo. Me confesó que eso era culpa suya pero no es que fuera impotente sino que no se sentía atraído para nada hacia ella. Le pregunté para que se había casado entonces y me dijo que porque ella había estudiado, era una profesional y pensaba que eso le iba a simplificar la vida.


- Está durmiendo Papá, acá son las cinco de la mañana.
- Ah… y qué hacés despierto a esa hora?
- Te mando un beso viejo, que andes bien….




10.12.08

Las gaviotas quieren conquistar el mundo. Parte 15.

Vos alguna vez probaste?

Al Ken



A las cuatro de la mañana me despertó mi celular. Mi tío también se había dormido y la televisión había quedado prendida. Pasaban infomerciales. Uno de didi seven; una pomada milagrosa que limpiaba cualquier tipo de superficie, lo que fuera. Un sillón con caca de perro, las manos llenas de pintura, la tinta de una lapicera azul explotada en el bolsillo de una camisa verde clarita. Una vez el Ken, mi primer perro, se hizo caca sobre el sofá del living. Yo tenía tres años y me pasaba el día entero en el patio jugando con el perro. Por lo general no entraba a la casa pero una vez, jugando, yo lo hice entrar y pasó lo del sillón. Mi papá le pegó tanto que nunca más volvió a entrar a la casa. Aunque lo llamaran desde adentro, él se frenaba en cuanto llegaba al marco de la puerta y ahí se anclaba, estoico. A pesar de respetarlo más que a nadie en la familia, se notaba que le había perdido el amor a papá. Cuando mi mamá, mis hermanos o yo lo llamábamos, movía la cola. En cambio cuando papá lo hacía, agachaba las orejas y se acercaba cabizbajo, como si el incidente de la caca hubiera sucedido hace minutos.

- Le parecen horas de llamar, señorita?

Caterina intentaba decirme algo, pero unos desesperados sollozos me impedían entenderle
Cate, calmate. Decime que te pasa por favor, no me asustes…

- Juan, he litigado con mi novio, me ha pegado…


Efectivamente tenía novio entonces. Deduje que a eso se había ido a Santander, a visitarlo a él que era de esa ciudad. O capaz no, capaz sí era italiano y sí se llamaba Gianluca y habían decidido encontrarse en Santander porque a él le salía más barato volar ahí desde Italia y no a Madrid. Y entonces habían pensado que ninguno de los dos conocía esa ciudad y que era una buena oportunidad para hacerlo juntos, para pasar el fin de semana acostados en alguna playa, cambiar el mar mediterráneo por el cantábrico. Se me ocurrió preguntarle si se llamaba Gianluca pero en vez de eso dije:

- Cómo que te pegó?!
- Sí, estaba borracho, o colocado con keta. Volvió de una fiesta y yo estaba dormida. Abrió mi móvil y se puso a revisar mis mensajes. Encontró los tuyos.
- Pero si yo no te mandé nada…
- Los de la semana pasada…
- Es un imbécil! Y qué fue lo que te hizo?
- Me insultó, me tiró el móvil en la cabeza, me pegó dos cachetadas; luego se fue…
- Adonde?

- No sé Juan, no sé! Cómo voy a saberlo, estaba enfurecido, se fue corriendo. No quiero verle más. Quiero volver a Madrid contigo, ahora.


No sabía que decirle así que le pedí que se tranquilizara; le dije que todo saldría bien, que se durmiera y que mañana se volviera en el primer bus a Madrid. Me pidió disculpas por llamarme y yo le dije que no fuera estúpida, que me volviera a llamar si lo necesitaba, que allí estaba yo.

- Acá estoy Cate, para lo que sea, a la hora que sea..

Me agradeció y cortamos. En la tele seguían demostrando porque didi seven era el mejor limpiador del mundo. Me había despabilado. Mi tío roncaba y abrazaba una almohada. Me lo imaginé de chico, durmiendo al lado de su primo, mi papá. Miré el reloj. Casi las cinco de la mañana. En Argentina pronto serían las nueve. Decidí llamar a mi casa en Córdoba. Era domingo y papá seguramente leía el diario mientras se tomaba unos mates, todavía sin levantarse de la cama.

Mi papá se toma tres pavas de mate por mañana. Yo todavía tomaba la leche en mamadera cuando me hizo probar por primera vez. Mi mamá no lo dejaba porque decía que me iba a quemar con la bombilla y una vez que estábamos en el campo y mamá se había ido a buscar huevos con mis hermanos, mi papá me llamó y dijo:


- Dale Juan, ahora que no está tu mamá; vení tomate un mate!

Y yo fui corriendo y me prendí de la bombilla como si fuera la teta de mi mamá, más por el hecho de hacer algo prohibido que por la intriga que me podía llegar a generar el sabor que tendría el mate en sí. A veces se hace el gracioso y dice que el mate es la mejor droga que hay, que si en Holanda conocieran la yerba mate, la marihuana no hubiera prosperado. Lo he escuchado tantas veces a ese estúpido chiste que cada vez que una conversación se aproxima al tema, ya sea a través de la droga o la infusión, ya empiezo a sufrir al saber que, tarde o temprano, llegará esa pésima broma. El teléfono sonó tres veces antes que escuchara la voz gruesa de papá. Hablamos un par de giladas y me notó que estaba medio bajoneado.

- Me parece que a vos te andan haciendo falta unos buenos amargos…

- Ah?

- Sí Juan. El mate es la mejor terapia contra la nostalgia.

- Pero si yo no estoy nostálgico papá, al menos no todavía; acabo de llegar a Madrid...

- Bueno igual, el mate tiene mateína que es un estimulante natural, similar a la cafeína. El mate es la mejor droga que hay; si en Holanda…


No podía creerlo. Hice como si tuviera párpados en las orejas y pasé toda la información de entrada a los ojos. Como si yo fuera un equipo de música y me hubieran movida la perilla con la que se pasa de radio a cd. En el infomercial mostraban como una señora venía caminando de la cocina hacia la mesa del comedor donde toda la familia la esperaba ansiosa para almorzar y de repente se tropezaba con un autito de juguete de los nenes y caía al piso, ella y la fuente. Todos los sorrentinos, panzotis o lo que poronga fuera que tenía tanta salsa de tomate, desparramados en el suelo. Ahí nomás aparecía el bronceado presentador, ponía tres choricitos de didi seven sobre la alfombra y comenzaba a frotar con un cepillo. La salsa de tomate parecía evaporarse. Poner alfombra en el comedor, vaya familia pelotuda pensaba, mientras mi viejo concluía su teoría sobre que hubiera pasado en Ámsterdam si los holandeses conocieran nuestra yerba.


- Cómo podés decir semejante pelotudez si en tu vida probaste ni una seca de porro…

era lo que me moría de ganas de decirle, pero no me animé.
- Che viejo, vos alguna vez probaste?
- Cómo?
- Eso, si probaste marihuana…
- Y… Oportunidades tuve, pero siempre dije que no. Dicen que podés perder el control de vos mismo y no me interesa para nada sentir eso. El turco Libidinoff fumaba mucho de esa porquería y vos viste como está…

El turco Libidinoff era un pintor amigo de mi viejo. Había cursado con mi papá el secundario y de vez en cuando él le compraba algunos cuadros. Vivía en Nono, en una cabaña de madera al lado de un arroyo. El turco tenía un estilo más bien abstracto y mi papa siempre le insistía que si quería vivir de la pintura tenía que dedicarse a los paisajes realistas. Que con semejante entorno debía aprovechar. El turco lo escuchaba, pero no parecía convencerse mucho de los consejos comerciales de mi papá. Una vez le dijo:
- Para qué mierda voy a pintar las sierras si eso lo pueden ver todos, yo prefiero plasmar cosas que no se pueden ver...
y mi papá nunca más lo jodió con ese tema. Cada vez que íbamos a San Luis a visitar a mis tíos, pasábamos a saludarlo. El había hecho casi todos los muebles de su casa. Siempre tenía un montón de perros, cada vez que lo visitábamos había uno nuevo. El turco los dejaba estar adentro de su casa, a sus anchas. Un día le pregunté si nunca le habían hecho caca en el sillón y me contestó que esos perros habían sido criados a base de puro amor, que era imposible que eso sucediera.



5.12.08

Las gaviotas quieren conquistar el mundo. Parte 14.


Qué hay en Santander?

al Colo y Vero




Me desperté pensando en el sueño. Me dieron ganas de escuchar Led Zeppelín, hacía mucho que no lo hacía. Aún así pensé que era raro lo que me pasaba con esa banda; que a pesar de reconocer su incuestionable influencia en la historia del rock, no podía escuchar un disco entero. Pensé que tal vez a los miembros de Supertramp les pasaba lo mismo y por eso hacían la música que hacían, la que le gustaba a los gatos de Caterina.


También pensé que esa llamada a su celular la noche anterior había cambiado las cosas y que lo que menos quería era meterme en quilombos al pedo. Sin levantarme de la cama me estiré hasta alcanzar la notebook y busqué, en vano, “Starway to Heaven”. Puse un disco de Stone Roses y me levanté. Mientras calentaba el café recordaba fragmentos del sueño. Navarro Montoya, el padre de Caterina, vestido de traje, persignándose con los guantes de arquero puestos. Me reía solo. Mientras me sentaba a tomar el café me pensé que capaz era mejor dejar todo ahí; que ya era hora de buscarme un laburo, de dejar de hacerme el Joaquín Sabina por las calles de Madrid.

Decidí concentrarme en la búsqueda de trabajo entonces; tenías ganas de conocer más gente y eso también me ayudaría a sacarme de la cabeza a esta italiana de una buena vez. Ya hacía más de dos semanas que había llegado a España y desde Córdoba ya me empezaban a preguntar que onda el laburo. Mandé mi currículum a cuanta oferta laboral de periodismo, publicidad, marketing o comunicación institucional hubiera en todo el territorio español. Me inscribía en ofertas en Valencia, Pamplona, La Coruña, Barcelona, hasta una en Canarias. Me pasaba los días en un cyber a la vuelta de mi departamento. Tenía cuatro versiones de mi currículum, adaptado para diferentes puestos. Los trabajos en comunicación eran pocos y los flamantes egresados en periodismo, muchos.


Lo que sí había eran ofertas en hotelería, gastronomía, tiendas, call centers; de éstas había miles. En el asado de despedida que me hizo mi familia me había acercado a la parrilla mientras mi hermano trenzaba los chinchulines. Lo miraba cada vez que lo hacía, pero nunca lograba aprender la técnica.

- Teneme acá porfa…
- Adonde?
- Acá en la punta, que sino se escapa todo el relleno.
- Qué relleno, boludo? eso es mierda, pasa que todavía no llegó al culo.
- Bien que te gusta, pajero…

Los dos nos reímos y después hubo un silencio un poco incómodo. En la casa se escuchaban los gritos de mis sobrinos jugando a las escondidas y al lado nuestro explotaban algunas chispas en el fuego.

- No sé para que te vas a España, la verdad… o sea, todo bien, respeto tu decisión, pero no la comparto. Si acá tenés todo…
- Ya te lo expliqué, man… No me voy buscando algo que no tenga acá, simplemente tengo ganas de conocer otras cosas, otra gente, otros lugares....
- Y qué vas a hacer allá? de qué vas a laburar?
- No sé, me acabo de recibir… Vos sos licenciado en administración de empresas, no? Bueno, yo en ciencias de la comunicación. Algo tengo que enganchar…
- Vas a ver que allá vas a hacer lo que no querés hacer acá y eso… eso es injusto con tu país y, más que nada, con vos mismo. Vas a terminar lavando copas o en un call center, vas a ver…

Era demasiado temprano para darle la razón a mi hermano. Me negaba a clickear en las decenas de ofertas que entraban en mi casilla: “auxiliar de gastronomía”, “operador para telemarketing”. Todavía era optimista; si hasta me había llevado en la valija, el diploma universitario original -homologado por la cancillería- que certificaba mi licenciatura.

Salía del cyber de mandar un mail para un puesto de redactor de música y cine para un importante portal web cuando empezó a vibrar mi celular en el bolsillo. Me ilusioné. Podía ser que mi currículum les gustase tanto que me llamaban tan rápido para la entrevista personal? Tosí forzadamente para aclarar mi garganta mientras abría mi celular. Caterina calling. Porqué decía “calling” si el el menú del celular estaba configurado en español. Estaba seguro de eso, 100%. Nunca había visto ni una palabra en inglés en el display. En España se traduce todo. El “Puerto Azul” por Bluetooth me parecía el ejemplo más gráfico, y cómico. Dije hola, entre disimuladas risas.

- Pero vaya, que contento estás tío, que bueno oírte así. Con quién estás?
- Jeje, estoy solo.
- Solo? Y de qué te ríes?
- Del Puerto Azul…
- Pero de qué puerto me estás hablando?
- Nada, nada… Qué hacés?

Mientras me sentaba en las escaleras del cyber, me contó que estaba arriba de un bus, rumbo a Santander. Me acordé del bajista de Metallica, el cable de la grúa cortándose, el ómnibus volviendo a caer sobre su cuerpo.

- ¿Santander? ¿Qué hay en Santander?
- Todavía no lo sé... espero averiguarlo al llegar. Y tú qué? No tienes planes para el fin de semana?

Como no trabajaba no me había dado cuenta que era viernes.

- Yo me voy a Barcelona…

No sé porque dije eso. Se me cruzó por la cabeza y lo dije, automáticamente, sin someterlo a un análisis. Esa mañana había visto un aviso para un puesto como ayudante de producción en una agencia de publicidad en Barcelona y había mandado mi currículum, como 489 personas más.

- ¿A Barcelona? ¿A vivir?
- Quizás… me han ofrecido un puesto de productor en una agencia de publicidad allá y lo estoy considerando. Igual sería el mes que viene, pero primero quiero conocer la ciudad. No sé si tengo muchas ganas de irme de Madrid todavía, pero al mismo tiempo me ilusiona la idea de vivir junto al mar...
- Claro, te entiendo. Salúdalo de mi parte, quieres?
- Que lo salude? Al mar?
- Sí, de mi parte. .
- Pero vos también lo podés saludar, en Santander hay playa.
- Pero es el Cantábrico, no es lo mismo que el Mediterráneo, mi mar.
- Tu mar?
- Sí. Mío. Salúdalo, vale?
- Dale.
- Y no te quedes mucho tiempo allí que Barcelona es la ostia y no vas a querer regresar. Yo vuelvo el lunes y te llamo…

Me despedí lo menos efusivamente posible y guardé el teléfono en mi bolsillo. Me paré y miré al cielo. Nubes oscuras cubrían casi todo, pero no estaba seguro si eran de lluvia o estaban oscuras porque ya era casi de noche. Decidí ir a casa a ver alguna película en la tele con mi tío. En Antena 3 pasaban “Caballos Salvajes”. A mi tío le encanta ver películas argentinas, se emociona mucho. A veces se hace el boludo pero yo me doy cuenta que llora. En el programa que la pasaban la presentaron como “un hito en el cine argentino de los noventa”. Me quedé dormido antes que Alterio gritara en el acantilado eso tan cursi sobre la vida.




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2.12.08

nicanor + gaviotas


escarbando en viejos posts del blog me vengo a encontrar con que los copados de la voz del interior han desactivado el link del diario donde estaba "nicanor", el cuento que me publicaron el año pasado. que gauchitos... por ello ahora lo albergo acá.

por otro lado, últimamente me he encontrado con algunas personas que, para mi gran sorpresa, me han dicho cosas como:
a. man, no podés dejar "las gaviotas quieren conquistar el mundo" ahí!
b. che culiado, qué mierda pasó con navarro montoya, el dálmata, el puma rodriguez, supertramp?
c. y? te la cogiste a la tana o no al final?
d. sos homosexual?
e. copate con un pesito pa la bisha, loco.

Agradezco enormemente a esta gente que me ha envalentonado a continuar con la historia, así que en breve el capítulo 14. Para los que no tengan idea de que poronga hablo, los capítulos anteriores acá.

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1.12.08

se pudo clonar




Hola Juan Cruz, Bueno acá va mi devolución:

Vamos a empezar por los puntos positivos que quisiera destacar ya que a una crítica constructiva pretendo llegar, no me interesa la huevada.
Primero que nada me pareción un evento GRACIOSO. Me reí en varios momentos, con el Barney flaco, con la vieja con la remera de "me Cojo a mi nieto", con la oveja, con el castillo inflable, con el fotógrafo y la remera de "soy pajero", con el loco que repartía chupetines con la remera de "fundación pro-pete". Ke se yo hubo momentos , la risa era también interna , no catártica, pero daba gracia por supuesto. Y de no haber sido por el Calor del orto me hubiera reido más de mi misma por girar al son de la canción de los pitufos.

No sólo me pareció copado el evento por la gracia, sino por que en algún punto nos hizo un eco creo que, a cada uno en lo que nos parece insólito o en aquello con lo que nos sentimos identificados y que en algún punto lo consideramos enfermedad, es como que al verlo ahí expresado publicamente , quizás no deja de ser aberrante, pero comienza a ser "común". A mí por ejemplo me gustó la remera que no me acuerdo que decía casualmente porque me reflejó mi conducta y era sobre la afición a los niños, jajaja. Y bueno a mí no me gustan los niños propiamente dicho, pero si los hombre mucho menores a mí, unos 10 años por ejemplo, y me gustan realmente, soy capaz de enamorarme y el sexo ha sido el mejor, por algo es, ke se yo. Y el Eco adentro está bueno.

Por otra parte me gustó el despliegue de colores y juventud. Y el tono NO SOLEMNE que tuvo el evento, lo que lo hace participativo y común al vulgo. El arte tiene que bajar a lo cotidiano y a lo simple, a los humanos comunes, hay que demitificarlo también porque es una práctica a mi entender curativa y el tono de solemnidad que le dan los vernisages, los grandes teatros, ni hablar de los museos o las competencias nos aleja de él.

Bueno y lo que no me gustó fue que se notó que había demasiada gente preparada con el propósito de asistir al remate de cada remera, supongo que la intención es que el evento se hiciera de todas formas más allá de la cantidad de gente que asistiera a pesar del Calor infernal, pero para la próxima pronóstico en mano, jaja. No, ke se yo, me hubiera gustado más gente de la ciudad y no tantos amigos de los gestores del proyecto, sólo porque pierde la gracias, ke se yo , es un punto de vista. Sólo eso, me parece que la intervención urbana tiene que lidiar con el público incierto, con el ajeno. Y eso la enriquece más.

Y por último y esto va para vos Juan cruz, no más máscaras, no me gusta no haber podido responder con mi mirada al unico que yo conocía que estaba como gestor del proyecto. Hay que hacerse cargo de lo que te muestren los ojos del otro, pero que el otro sepa que le estás recibiendo ese reflejo!!

Gracias Pau.

25.11.08

Piña Azteca + CCEC presentan "Se Puede Clonar"


Dijo La Voz del Interior: El colectivo de artistas Piña Azteca intercambiará con el público remeras con frases que provocan confusión en los órdenes sexuales y genéricos, con sentencias “límites” en la manera de entender y representar esta misma sexualidad y género.

Dijo Le Monde Diplomatique: Resulta notable que en una ciudad donde el límite de indigencia ronda niveles históricos, un grupo de jóvenes desperdicien su tiempo realizando este tipo de obras en vez de intentar torcer el poco prometedor futuro social de este pueblo.

Dijo Rock & Pop: Está claro que los integrantes de Piña Azteca son chicos de adolescencia grunge y menemista; han escuchado demasiado a Nirvana.

Dijo Comercio y Justicia: La estructura de la Subsecretaría de Pymes y Microemprendimientos de la Provincia permitirá que empresarios de toda Córdoba puedan acceder a las iniciativas del Banco Nación y complementar las opciones que esta entidad crediticia ofrece a las micro, pequeñas y medianas empresas.

Dijo Daniel Salzano: Estas son las cosas que hacen con la plata que me mandan de España?

Dijo Luciano Lamberti: La remera de Nora Cárpena es genial, man.

Dijo Nora Cárpena: Piña cuanto?

Dijo Diego La Torre: Esto es un cabaret!

Dijo mi hermano: Boludo, los van a cagar a trompadas!

Dijo mi mamá: La verdad es que no entiendo mucho lo que me estás contando, hijo. Para mi el arte es otra cosa, un cuadro de las sierras, una naturaleza muerta; pero si a vos te hace bien, a mi también. Y tu papá que dijo?

Dijo mi papá: No te parece que ya estás grande para esas cosas? Por qué no te ponés a laburar de una buena vez? Pasame la soda, querés?


17.11.08

Se Puede Clonar



- Y a que se debe la poca actualización de su blog, sr Cruz?
- Paciencia Fantasma, ya se me va a ocurrir algo. Yo no soy un artista, simplemente a veces tengo delírios de tal. Lo que voy publicando en el blog son cosas que se me van ocurriendo en el momento, sobre todo cuando sueño...
- Cuando sueña?
- Sí, pero bueno; se ve que últimamente vengo durmiendo poco...
- Y cual fue su último sueño, si es que lo recuerda sr Cruz?
- Una plaza. Una plaza muy coqueta con un castillo inflabe.
- Ajá, y que más había en esa plaza?
- Aguas que bailan, ovejas, pitufos, gente con remeras que dicen frases que desbarajustan cualquier modelo de sexualidad convencional, en fin...

6.11.08

Convocatoria - Intervención Urbana CCEC


En el marco de la convocatoria del CCEC, “caracteres comunes” (sobre la temática de genero), el colectivo artístico Piña Azteca realizará el jueves 27 de noviembre una performance deambulatorio-urbana llamada “se puede clonar” en el Paseo del Buen Pastor.

Consideramos el género como una categoría clasificatoria que construye identidades sexuales, concibe la manera de vivir culturalmente el sexo y determina los mecanismos para llevar a cabo esa sexualidad. Piña Azteca es un colectivo artístico que se propone jugar con las normativas clasificatorias del género. Lo hará estampando en remeras frases que desbarajusten cualquier modelo de sexualidad, desde el más convencional hasta el más retorcido. Así podrán encontrarse frases del tipo: "SOY HIJA DE MI ABUELO", "VIRGEN HASTA LOS 5", "MI MAMÁ ME MAMA", “ME VIOLÉ”, "TRISEXUAL" exponiendo formas problemáticas de practicar la sexualidad o de querer practicarla.

La performance consta de tres etapas; en un primer momento se llevará a cabo una subasta ficticia, donde la gente (actores) comprará las remeras mencionadas anteriormente. Después los mismos pasearán por el predio del Buen Pastor, generando una interacción con el público, y finalmente concluirá la performance con un “abrazo cósmico” en donde los portadores y los no portadores de remeras se tomarán de las manos y comenzarán a girar en ronda al son del tema de los pitufos, que saldrá a gran volúmen desde los altavoces de dicho Paseo.

En este marco, el Sábado 8 de noviembre
a las 16 hs convocamos a actores/ interesados en general (cualquier sexo, condición física, edad), a un casting que se realizará en el CCEC (Entre Ríos 40), para seleccionar a los posibles portadores de remeras.

Cualquier consulta, comunicarse con los miembros del colectivo.

Piña Azteca somos:

Pablo Natale
Lucas Moreno
Elisa Gagliano
María Pousa
Juan Cruz Sánchez

30.10.08

metegol + arte II


Este domingo se viene la segunda edición del evento que cambiara la historia del arte metegolístico mediterráneo. Yo lo único que pido como regalo de cumpleaños es que no aparezca nuevamente el enanorobaproyectores así de una puta vez puedo pasar los videitos...

Ah, la noche anterior (sábado) el Sr. Bazzzta demostrará en vivo que su habilidad va más allá del Paint con una versión dibujada de jalogüin con tiza sobre pizarrón. Si la resaca se lo permite, también dibujará en 990 el día siguiente.


20.10.08

todos al españa

miércoles 22 19:30 hs. CCEC. avec lamberti + moreno + monzalvo.

algún día quizás sea grosso como natale y saque mi propio libro también, por ahora me conformo con haber hecho la foto de tapa del suyo.

17.10.08

nidos de comadrejas


una hamaca en el cielo.
quiero.
pero
sin escalera
sin alas
cómo subir?
oh tim
tú que todo lo sabes
dime cómo subir?

bueno
en realidad
no es muy difícil.
primero pisame en el mentón
la otra pierna en la boca.
de ahí te colgás de la nariz
y vas subiendo
agarrado como koala
hasta el final de la ceja.
de ahí saltá.
eso sí
tratá que no haya viento
que no se te mueva la hamaca
sino querés caer
atrás de la pueyrredón
en lo más oscuro
de güemes.

una última cosa tim
antes de subir
antes de escalar tu cara:
el rojo de tus ojos
es real
o son acaso huecos
nidos de comadrejas
por donde se filtra
el magenta saturado
que sólo alberga
el atardecer de nuestro barrio?

vas a subir o no
pelotudo?
que no tengo
toda la tarde.
dale vení
subite.

bueno
pero
no me vas a hacer mal
no tim?

no pinocho
vos
tranquilo.

9.10.08

documento gráfico

Por suerte el Sr Lucas Moreno ha decidido darle un mejor uso a sus fotos que para esto...



4.10.08

La cobarde, injusta y vil venganza del chofer del C4

son las 7 de la mañana
todavía es de noche
le hago señas al C4
otra vez
llego tarde al trabajo.

el chofer me mira
está a una distancia que puede distinguir
claramente los rasgos de mi cara
si estoy contento
triste
si tengo sueño.

no sé si reconoce algo de todo esto
sólo veo
que me mira a los ojos
que sonríe
y acelera.

no siente culpa
aunque el ómnibus no vaya lleno
el chofer del C4 es así
no siente nada de culpa.

pienso
que quizás anoche
cuando llegó a su casa
el televisor estaba roto
o su mujer
con otro.

con un amigo de él
un compañero del secundario
de la colimba
del corredor amarillo.

por eso
sonreír y acelerar
dejarme con el brazo levantado
es su forma
de vengarse
con la vida.

yo como explico a mi jefe
que al chofer del C4
se le rompió el televisor
que su mujer lo engañó.

que por eso no paró
cuando le hice señas
que por eso el muy hijo de puta
sonrió
y aceleró.

y mientras dudo
si tomarme un taxi
o esperar al próximo
pienso que si le pasó lo del televisor
efectivamente
es un tremendo hijo de puta
pero que sino
y le pasó lo de la mujer
con su amigo
bueno eso
eso es algo distinto.

pienso
que si mi novia me hiciera lo mismo
que su mujer
haríamos la pareja perfecta
yo y el chofer
él sonriendo y acelerando
yo saltando
a su encuentro.

pienso
que quizás en las próximas paradas
el chofer continúe con su venganza
siga sin frenar
haciendo que gente llegue tarde a sus trabajos
que gente sea retada por sus jefes
apercibida
sancionada
echada.

sabe bien
que es una venganza cobarde
injusta
vil
pero es lo que hay piensa
mientras deja una técnica dental
con su guardapolvo puesto
el brazo levantado
el cospel en la mano.

al llegar a su casa
su televisor funciona
pero como temíamos
su mujer se ha ido.

anoche
cuando la descubrió
le había gritado
puta
te vas de esta casa
pero no creía que en el fondo lo haría
creo que tampoco lo quería.

el chofer abre la parte del placard
que le corresponde a ella
se ha llevado su ropa
pero no toda
quedan algunas polleras
un par de blusas
dos o tres camisones.


esto es peor
que si se hubiera llevado todo
piensa enfurecido el chofer
mientras se rasca la cabeza.

con una mano revuelve los cajones
con la otra se rasca la cabeza
no puede dejar de hacerlo
como si de repente
le diera alergia
su propio pelo.

abre el cajón de la ropa interior
busca la bombacha que le regaló
para el cumpleaños pasado
la con el escudo de talleres
justo una
de las que no está.

encima ese puto
es de gimnasia y tiro
encima del albo
piensa
mientras sigue revolviendo el cajón
desparramando corpiños.

saca totalmente el cajón del placard
lo tira sobre la cama
el cajón cae sobre su costado
rebota
va al suelo.

una bombacha
no la de talleres
sino otra
una rosa
que compraron un domingo en el wall mart
queda desplegada sobre la cama
como ella la dejaba
antes de irse a bañar.

el chofer se deja caer sobre el colchón
en su puño cerrado la bombacha rosa
se la lleva a la cara
la huele
y en posición fetal
murmura sollozando
algo sobre
gimnasia y tiro.





26.9.08

un hipopótamo

en los partidos de fútbol
de educación física
siempre me elegían penúltimo
siempre antes
del rengo martínez.


pobre rengo
se le había caido un renault 18
sobre la rodilla
en agua de oro
mientras el padre
cambiaba la goma.

que cómo que se le cayó
un 18 en la rodilla?
bueno pará
ahora te cuento.

iban para ascochinga
a comprar un ovejero alemán.
- quiero un perro má
uno policía…
le había dicho
el rengo a su mamá

y ella:
- yo no quiero problemas lucas
hablalo con tu papá.

a los días
el papá del rengo
le contó
a uno de sus compañeros

de la oficina:
- sabías que el luquitas
anda jodiendo con que quiere un perro
uno policía...
y el compañero:
- me dijeron que hay un criadero en ascochinga
que son puros
y no muy caros.

el domingo siguiente
comieron ravioles con bolognesa
y al terminar
el papá del rengo
mientras se tomaba un cinzano
y apagaba un le mans suave
le dijo a su hijo:
- bueno luquitas
vas a querer ese perro o no?

y el rengo
que todavía no lo era
saltó de alegría
y se chocó con la fuente
con los ravioles que quedaban
la bolognesa en el suelo
todo hecho un asco.

vamos
antes que tu mamá se arrepienta
tenemos más de una hora de viaje
y padre e hijo
se subieron al 18
rumbo al noroeste.

iban escuchando un caset de pablo milanés
donde él cantaba
que pagaría cien mil o un millón
por cualquier información
y el rengo:
- papá
por qué canta así?
y el papá:
- así como?
y el rengo:
- así como raro
y el papá:
- ah
porque es cubano
pero escuchá bien hijo
eso sí que es poesía.

y el rengo:
- pá
qué es un unicornio?
y el papá:
- que no entendés nada
que lo importante no es
que sea un unicornio
sino que es azul
que lo dejó pastando
y que desapareció
que las flores que dejó
no le han querido hablar.

y
enajenado por la poética cubana
por el destino incierto
de ese caballo cornudo extraviado
el papá del rengo
no vio el cartel que decía
próximos mil metros lomadas
y le dio de lleno a la primera
y ahí pasó lo de la goma.

hábil conductor
el papá del rengo
volanteó rápido
pisó el freno
el 18 en la banquina
el rengo super asustado:
- que pasó papá?
- nada hijo
la goma nomás
ahora la cambio
bajate así te muestro.

- ves luquitas?
así se cambia la caubierta
por las dudas alguna vez te pase
cuando vas con mamá.

el rengo se sentó en el suelo
junto al 18
junto a su padre
mientras lo miraba
desajustar los tornillos
levantar el gato
sacar la goma pinchada.

cuando el papá del rengo
fue al baul
a buscar la goma de auxilio
escuchó al rengo gritar
de una forma nueva
como si lo hubiera atacado un lobo
o un hipopótamo.

el gato se había resbalado
el 18 sobre la rodilla
- papá me duele!
- ya va hijo!
aguantá que ya va!

el papá del rengo
tuvo que bajar el gato
colocarlo de nuevo
y volverlo a subir
hasta liberar
la rodilla
ensangrentada
de su hijo.

- no siento la pierna papá!
no la siento!
- ya va hijo!
ya va!

apenas ajustó los tornillos
el padre alzó a su hijo
y lo acostó en el asiento de atrás
mientras manejaba
el rengo seguía diciendo
que no sentía la pierna
preguntaba
que por qué era que no la sentía
y él padre:
- ya va hijo
ya casi llegamos.

mientras pensaba
que lo único que faltaba
es que no hubiera ajustado suficiente
los tornillos del auxilio
que la rueda se soltara
que se la pusieran de frente
con un intercórdoba
con un camión lleno de vacas.

- se le explotaron los meniscos
los ligamentos
no creo vuelva a caminar bien
dijo el traumatólogo
de la clínica de agua de oro
- es verdad eso papá?
- no hijito
el doctor exagera.

- cómo que se te cayó el auto
jorge?
- sí
se me cayó…
le explicaba el padre del ahora sí rengo
a la madre
- pero cómo?
explicame como…
- no sé
se me resbaló el gato
cuando fui a buscar la goma de auxilio.
- a vos siempre te pasan cosas
cuando vas a hacer otras.

- y ahora qué hacemos?
el chico no puede caminar
qué vamos a hacer jorge?
decime por favor
qué mierda vamos a hacer?

un año después
el rengo martínez y yo
nos miramos resignados.
somos los únicos dos
que aún no fuimos elegidos.

16.9.08

zorro de arbol

Mi amigo, el zorro monsalvo, se sube a los árboles y escupe poesía.



Serie Cardumen

Nito tiene parkinson

les corta la cabeza una vez más cerca
otra más lejos de las branquias.

Pocha
tiene pelos largos en los bigotes y en la pera
mientras descama un pejerrey
come chicharrones mirando la tele
sube el volumen
deja pegado el desove sobre el control remoto.

Nito cambia los canales sin quererlo
le tiembla tanto la mano que a veces lo apaga
tiene prohibido echarle comida a la pecera.

diego monsalvo

.

14.9.08

una aproximación parcial y subjetiva al metegol humano austríaco



Acá, el segundo y último videito que presenté en la muestra de 990, dedicado a marcos que me invitó a participar y al enano que roba proyectores, entre otras cosas.

9.9.08

Fitz vs O´s. El clásico irlandés.



Bueno, a pesar que el "Campeonato de Metegol + Jornada de Arte" en 990 fue una hermosa fiesta, las cosas no (me) salieron tal cual las había imaginado. Había imaginado que mis videitos serían proyectados con una definición de la ostia en la pantalla gigante, que el audio aturdiría a la gente que pasaba en renaults doces y dunas con los vidrios polarizados por el puente avellaneda, que al culminar los organizadores hubieran tenido que repartir pañuelos descartables bien suavecitos para secar las lágrimas de emoción de los espectadores, que luego uno me hubiera alzado en sus hombros y que todos, en fila india, saldríamos caminando y tomando cerveza por el Bv Los Andes sin rumbo hasta llegar al Uritorco o -de última- al Pan de Azucar, que está más cerca.

Bueno, pero sobre todo había imaginado lo primero: que los videos serían proyectado en la pantalla gigante, como nos había prometido la gente de 990. Pero el proyector no estaba, o estaba roto, o se lo había robado el enano que roba proyectores que es más o menos como el ratón perez pero en vez de ratón es enano y es en vez de llevarse dientes o muelas se lleva proyectores y tampoco deja plata; sólo un vacío donde solía apoyarse el proyector. Por ende pido disculpas a las personas que fueron a hacerme el aguante y no pudieron ver los videos o los vieron en la micropantalla de mi laptop, como al final hicimos.

Agradezco también a la gente del Grupo Brasa por invitarme y por haberse portado de diez conmigo. Bueno, y para los que fueron y no lo pudieron ver o los que directamente no fueron o para algun boludo que anduvo haciendo links de acá para allá y, sin saber como, llega ahora al blog, acá va el primero: "Fitz vs O´s. El clásico irlandés", dedicado para la morocha que se me acercó y preguntó: - vos sos último para ir al arco? Si ponen el volumen fuerte hasta capaz les gusta.

4.9.08

metegol + arte


la gente copada del grupo brasa organiza esta jornada de Metegol y Arte este domingo en 990 y han tenido la caradurez de invitarme a mostrar algunas fotos.
Presentaré dos series tituladas: "una aproximación subjetiva y parcial al metegol humano austríaco" y "el clásico irlandés". se puede ir a jugar al metegol, a no jugar, a escuchar un poco de música en vivo, ver teatro, performances, video, etc y aunque no lo crean todito-todo está relacionado con el metegol. digamos que basicamente es una invitación a hacer un domingo menos deprimente, que es lo mejor que se puede hacer un domingo. todos invitados.

26.8.08

the great pretender

Él es argentino. Ella, austriaca. Ella había ido a visitar a una amiga que estaba estudiando español en Córdoba y una noche lo conoció a él en un bar de La Cañada. Originalmente tenía pensado quedarse dos semanas. Se terminó quedando medio año, durante el que convivieron en el departamento de él. Una noche, mientras cenan, ella le dice que le gustaría mucho que él conozca su familia, su casa, sus gatos, su mundo. Y él, enamorado y motivado por cumplir su sueño de conocer Europa, le contesta: “Bueno, vamos…”.


Al otro día que llegan a Viena, ella le comenta que quiere hacer una pequeña fiesta de bienvenida en su departamento, donde están parando. Le cuenta que sus amigos quieren verla, que hace medio año que no lo hacen, que van a ir a su casa a tomar algo, a saludarla. “Todo bien…” dice él. Van a comprar cervezas y cuando vuelven caminando ella agrega que en realidad los amigos son originalmente amigos de su ex novio, a quien el argentino no conoce, y que el ex también va a ir a la fiesta; que si está todo bien con eso. “Claro, todo bien…” repite él; intentando no se refleje en su rostro la revolución que siente adentro.


Todavía no es de noche y el timbre del departamento comienza a sonar y pareciera que no va a dejar de hacerlo hasta que amanezca. Cada timbrazo él lo siente como si fuera un mini electroshock al pensar que será el ex novio pero lo disimula, o al menos lo intenta. “Oh yes, I´m the great pretender…” murmura para sí mismo, recordando la melodía de la canción de Los Plateros que luego versionaría Queen. Una tarde de marzo en Córdoba, mientras hablaban de parejas pasadas, ella le había dicho que tenía una foto de su ex en la notebook, si la quería ver. Él, tras pensarlo unos segundos, contestó: “No, mejor no”. Aun así siente que lo reconocerá apenas aparezca en escena, que será casi como descubrir a su hermano en una multitud.


Y así resulta ser. Es antagónico a él, pero el argentino siente que es el estereotipo de chico que su novia elegiría para una relación de cinco años. “De hecho es mucho más su tipo de chico que yo…” piensa, y comienza a reflexionar si hizo bien en ir a Europa. El ex es el único que no lo saluda. Palmea manos con algunos de sus amigos, abraza a su ex novia, agarra una lata de cerveza y se sienta en un sillón lejano, con suficiente gente entre medio como para que sus diálogos nunca se crucen. “Gracias chabón…” murmura el argentino para sí mismo. Luego piensa que igual lo podría decir más fuerte, que nadie lo entendería.


La austriaca se muestra tan indiferente hacia el argentino, que él siente como si hubieran dejado de ser novios desde el primer timbrazo. Igual intenta no mostrar interés en ella, demostrar que se siente cómodo, relajado. Mientras abre una cerveza, un rubio que está sentado a su lado, le pregunta en inglés:

- ¿Así que eres de Argentina?

- Sí...

- ¿De que parte?

- De Córdoba…

- ¿De Córdoba? ¿En serio? ¡No lo puedo creer! Sabías que ahí…

Si, sí lo sabe. Sí sabe que ahí Austria le ganó a Alemania, su eterno rival, un partido en el Mundial 78 y que ése es el mayor logro en la historia del fútbol austriaco; pero igual habla de ello y se muestra de lo más interesado. Entonces le cuenta al rubio que la casa donde se crió queda en un barrio muy cerca de ese estadio. Que de hecho ese lugar le resulta muy familiar porque ahí jugaba siempre el equipo del que supo ser hincha de adolescente, porque la cancha de su club no estaba habilitada por la Asociación de Fútbol Argentino. El rubio le pregunta por qué no estaba habilitada si era un club de primera división y él le contesta que no está seguro pero que cree que porque la cancha no tenía luces. Entonces el rubio le pregunta:

- ¿Cuán cerca?

- ¿Cuán cerca qué?

- ¿Cuán cerca vivías del Chateau Carreras?

El argentino se sorprende cuando escucha el nombre del estadio. Ante tantos sonidos extraños y duros, ése le suena familiar, aunque sea una palabra semi-francesa pronunciada por un austriaco que habla con él en inglés. Le contesta que no sabe bien, pero que supone que a unas veinte cuadras. Luego le cuenta que a veces se iba caminando hasta allí y que una vez, cuando después de quince años de no ganarle a su archirival, su equipo lo hizo con un 5 a 0, se volvió a su casa corriendo, cantando y revoleando una remera azul y blanca, sin parar.

- ¡No te puedo creer!

- Creeme.

- ¿Sabías que nosotros ya no teníamos posibilidades de clasificar a la siguiente ronda, pero igual les ganamos a los estúpidos alemanes 3 a 2 y los dejamos afuera del mundial? Hacía 47 años que no les ganábamos. Eso pasó hace ya 30 años pero acá todo el mundo lo recuerda como “El milagro de Córdoba”

- El milagro de Córdoba, qué loco...

- ¿Otra cerveza, amigo?

- Bueno, dale.

- ¡Prost!

- ¡Prost!

- ¿Cómo se dice “prost” en argentino?

- Mmm, no existe el idioma argentino; hablamos español.

- Ah, claro; qué idiota…

- No te preocupes, no tenés porque saberlo.

- Bueno, ¿y cómo se dice “prost” en español?

El argentino piensa que cuando se lo diga, el rubio se va a volver a sentir idiota porque seguro lo sabe; que no está pensando lo suficiente como para adivinarlo. Pero el rubio parece no querer pensar, mira al argentino más ansioso por brindar y por hacerlo sentir homenajeado, que por buscar una traducción germano-hispana tan sencilla.

- Salud...

- Claro, qué imbécil; si he ido a Málaga varias veces de vacaciones.

- Málaga, qué lindo....

- ¡Salud entonces, Córdoba! No te molesta si te llamo Córdoba, ¿no?

- Claro que no, compañero; ¡prost!


La dueña de casa se pasea de la cocina al living con cervezas, vodkas y otras bebidas que su novio nunca ha visto pero que, por la cara que ponen quienes la beben, no le interesa degustar. Uno de los más rubios del grupo habla con su novia mientras saca una bolsita de su bolsillo y una tarjeta de crédito. Adentro de la bolsita hay un polvo grisáceo que tira sobre la mesa de vidrio y comienza a hacer líneas paralelas. Cuatro, bien gruesas. El que está sentado al lado del argentino sigue conmovido por el origen de su interlocutor y éste, en cierta forma, contento porque así al menos se siente un poco menos invisible.


- No puedo creer que seas de Córdoba, esto hay que celebrarlo. Sos el héroe de la noche, ¿sabías, no? Ya vas a ver cuando le cuente a Oliver, no lo va a poder creer. Oliver es aquél… - le dice al argentino, señalándole otro rubio que habla con el ex novio de su novia y tiene puesta una camiseta de fútbol que nunca antes vio pero que supone es de un equipo de la liga local. Entonces intenta, en vano, recordar el nombre de algún equipo austriaco mientras mira como el más rubio le enrolla un billete de cien euros a su novia y como ella parece haberse olvidado completamente que él cruzó el Atlántico con ella, por ella. Piensa que tres de esos billetes son su sueldo en Córdoba y se le ocurre hacerle un comentario sobre ello al único que habla con él, pero este pensamiento se le diluye rápidamente al ver como el polvo desaparece de la mesa a través del billete y se introduce en la fosa nasal de su novia. Ella aspira la primera y le pasa el billete al más rubio. Mientras él esnifa, grita algo que el argentino es el único que no entiende pero que imagina que es algo como “¡Qué buena que está esta mierda!” El argentino mira a su compañero y le pregunta:

- ¿Qué es?

- ¿Qué es qué?

- Eso, lo que se están metiendo.

- Ah, speed…

- ¿Speed?

- Sí, speed…- le dice y al notar su cara de incertidumbre le pregunta si sabe qué es.

- ¿Sabés qué es?

- No, la verdad que ni idea.

- Es una mezcla de anfetaminas. Acá le dicen la cocaína de los pobres. Cuesta 20 euros el gramo y la coca, 150. En Argentina tienen muy buena cocaína, ¿no?

Pero el argentino no responde porque no puede dejar de mirar como su novia aspira la segunda línea de lo que sea que sea eso y se hecha hacia atrás, cerrando los ojos y sacudiendo levemente la cabeza para los costados. Entonces piensa que apenas abra los ojos lo va a buscar con su mirada cómplice y que eso los volverá a conectar, aunque sea un poco. Espera que lo haga entonces, que lo mire nomás; siente que entre tantos rubios tiene que resaltar; pero no, desde que el timbre comenzó a sonar se ha convertido en el hombre invisible. Ella le hace un comentario al más rubio mientras le devuelve el billete; le agradece con un pico y pregunta gritando que quién quiere otro shot de vodka, o algo así porque varios levantan la mano gritando: “¡Ich!”


- La verdad que no sé muy bien, no estoy mucho en el tema pero supongo que hay buena y mala, como en todos lados...- le dice el argentino a su compañero pero él ya no está sentado a su lado. Se ha ido y ahora sí que está completamente solo. Abre otra lata de cerveza y busca su tabaco en el bolsillo y la mirada de su novia, que en ese momento está muy ocupada llenando una fila interminable de vasitos de vodka. Se fuma un cigarrillo como si fuera el último de su vida. “Acá todos hablan inglés...” le había dicho en el avión su novia, “…así que no te preocupes; están acostumbrados, es obligatorio en el colegio”. Pero en ese momento nadie parece acordarse del idioma y el argentino se siente como un náufrago en una isla virgen cerca de Sri Lanka. Como no sabe que hacer, se dedica a fumar un cigarrillo tras otro y a tomar cerveza, intentando demostrar que está tan cómodo que no le hace falta más que eso. Tiene la sensación que la música sube de volumen sola a medida que pasan los minutos. No reconoce ninguna canción; ni una. Para estos casos de autismo, la música solía ser su aliada; cuando estaba solo o aburrido en alguna reunión o fiesta se ponía a escuchar la música y, por lo general, lograba en cierta medida inmunizarse de lo que pasaba a su alrededor.


- Disculpá, ¿Qué es esto que estamos escuchando?

- Die Fantastischen Vier. ¿No los conocés?

- No.

- Es una banda de hip hop alemana, muy popular acá en Viena.


Al argentino no le gusta el hip hop, mucho menos en alemán. Piensa: Por favor que alguien me explique qué mierda hago escuchando esto, mirando como mi novia se droga con una sustancia que no me convida, que nunca había visto antes en mi vida y que ni siquiera tengo idea de sus efectos. Y entonces, de golpe, recuerda que alguien una vez le había dicho que, le guste o no, el hip hop era un claro reflejo de la poesía contemporánea y que, si estaba interesado en la literatura, debía de prestarle atención. El argentino piensa: Pero en alemán ¿qué mierda puedo entender?


Hay un gato. Arriba de una silla, en un rincón del living, hay un gato siamés. Duerme a pesar de la música pero, de tanto en tanto, levanta la mirada y observa alrededor, sin entender que es lo que está pasando en ese lugar; aunque tampoco parece interesarle. “Se llama Chiara y es mi princesa…” le había dicho su novia el día que llegaron al departamento desde el aeropuerto. Él todavía estaba en el pasillo, con las valijas en las manos y ella besaba el gato y le decía cosas que, por el tono, sonaban tiernas. El argentino tampoco tiene mucha idea de que es lo que está pasando en ese living pero, a diferencia del gato, sí le interesa. Sí se muere por saber de que habla su novia con su ex en este momento, mientras todo el mundo baila y él fuma otro cigarrillo. Es consciente de que una escena de celos es lo peor que podría hacer en ese momento, aunque lo que más ganas tiene. Lo sepultaría, bien hondo; lo sabe. “The great pretender Juan, no lo olvides…” murmura para sí mismo cuando ve que el ex mete la mano en su bolsillo y extrae una cajita. De adentro saca algo que el argentino no ve que es pero sí que deposita en la mano abierta de su novia. Ella cierra el puño rápidamente, se hace la que bosteza y se lleva la mano a la boca. El ex le pasa la cerveza y ella toma, y traga. El argentino piensa: ¿Qué mierda hago acá? Por favor, ¿qué mierda hago escuchando hip hop alemán mientras mi novia se droga con su ex novio?; que alguien me explique, por favor.


Entonces ve que ella encara hacia el baño y la sigue. Ella entra y él la espera en la puerta. Cuando sale, ella lo ve y parece recordar que él estaba en Austria, en su casa.

- ¿Todo bien?

- Sí, todo bien, ¿por?

- No, por nada; parecés un poco raro.

- ¿Raro?

- Sí Juan, raro. Te conozco…

- No, todo bien; nomás pensé que tal vez compartirías alguna de esas cosas conmigo.

- ¿Cosas? ¿Qué cosas?

- Lo que sea que te metiste en la nariz, o en la boca.

- Ah, eso... No es nada, pero si querés te consigo.

- Bueno...


El argentino no tiene idea que es lo que su novia le va a conseguir, pero no le importa. Sabe que debe cambiar de frecuencia si no quiere que su noche se convierta en una pesadilla. Entonces abre otra cerveza y se acerca a un grupito de rubios junto al equipo de música que escupe hip hop. Hay un par que están vestidos con ropa tres talles más grande, gorras de beisball en sus cabezas, cadenas de oro. Son casi payos, pero se visten como si fueran del corazón del Bronx. Se pone a bailar cerca de ellos. Comienza moviéndome tímidamente pero al tercer o cuarto tema ya baila como si el hip hop alemán hiciera vibrar sus venas. Como si hubiera nacido en un gueto negro de Berlin y hubiera oído esa música desde el moisés, mientras tomaba la mamadera. Su novia se acerca, le abre la mano y pone algo adentro. El argentino no mira qué es. Sólo hace como que bosteza y se lo manda adentro.

- Good boy… - le dice su novia, le da el primer pico de la noche y se va.


Pasa una hora y el argentino ha tomado más de ocho latas de cerveza. Casi no le queda tabaco y lo que sea que le haya dado su novia, no le produce ningún tipo de efecto. Ve que ella encara nuevamente hacia el baño y al pasar a su lado le pregunta:

- ¿Y?

- ¿Y qué?

- ¿Lo sentís?

- ¿Si siento qué? No siento nada ¿Acaso me diste una aspirina?

- Paciencia mi amor, paciencia.


Entonces el argentino espera. En teoría es lo que debe hacer; pero nada llega más que más rubios a bailar hip hop cerca suyo. Ve a su compañero bailando arriba del sofá, en la otra punta del living. Éste lo señala y grita:

- ¡Viva Cordobaaaaaa!

Las ves de “viva” suenan casi como efes. ¿Qué mierda hago acá? es lo único que piensa el argentino mientras va a la cocina a buscar otra cerveza. Junto a la heladera se encuentra a su novia:

- ¿Y, ahora sí? ¿Sentís algo?

Ha pasado hora y media pero lo único que siente es que está un poco borracho y aturdido.

- No, la verdad es que no siento ni mierda.

- ¿En serio?

- En serio.

- Bueno, te voy a dar una mitad más; pero tenés que dejar de tomar alcohol.

- ¿Por qué?

- Juan…

- Bueno…

Entonces su novia mete la mano en su bolsillo y se la lleva a la boca. Se pone una pastilla entre los dientes, muerde y traga un pedazo. Le pasa la mitad que queda entre sus dientes con un beso y la empuja con su lengua adentro de la boca del argentino.

- Ahora no hay forma que no te suba; vas a ver. Ah, y no te olvides de tomar agua, mucha agua.


El argentino va al baño a hacer pis. Cuando termina se mira al espejo, mientras los bajos del hip hop hacen temblar la puerta del baño. Se acuerda de lo que le dijo su novia y abre la canilla y, aunque no tiene sed, toma agua del pico, mucha agua. Luego se moja la cara y se reincorpora. Gotas se desprenden de su barba pero todavía reconoce su reflejo. Mientras se mira al espejo, piensa: Soy yo, un poco borracho; pero yo al fin. Cuando sale del baño ve a su novia poniéndose una campera junto a la puerta de entrada.

- Nos vamos…

- ¿Ah?

- Que nos vamos ¿Estás listo?

- ¿Adónde?

- A bailar, a un boliche.

- Ok…- dice el argentino mientras se pone su campera.


Bajan a la calle y se ponen a esperar taxis. Son como quince personas. El argentino piensa que en el departamento parecían muchas más.

- Vamos Juan, ¡hop!- le dice su novia ya desde el asiento delantero de un taxi. Atrás, en el lugar del medio está su compañero y, junto a la ventana, en la otra punta, el ex novio.

- Dios…- murmura mientras se sube al auto. No tiene idea de que hora es. Siente que pueden ser las once o las cuatro de la mañana. Piensa que le da igual, que está de vacaciones, en un país lejano. Mientras el taxi arranca el argentino se sorprende al notar que ya no aloja nada de la angustia que lo desbordaba en la fiesta. Siente que esa sensación le parece lejana, mientras mira Viena pasar por la ventanilla. Su compañero habla con el ex novio. Escucha que le está preguntando algo y en sus palabras reconoce que menciona, excitado, Córdoba. El ex no le responde, ni siquiera lo mira. Es raro, piensa el argentino, pero no tengo ningún tipo de rencor hacia él, hacia nadie. El taxi atraviesa la ciudad oscura y desolada, pero igual el paisaje le resulta conmovedor. Entonces el argentino se da cuenta que tiene la frente mojada y mucho calor. Se saca la campera mientras su novia le dice algo al taxista y cambia la sintonía de la radio. El mismo grupo de hip hop empieza a sonar y al argentino ya no le disgusta tanto. Casi sin darse cuenta comienza a seguir el ritmo del rapeo con su cabeza, casi coreográficamente con el ex y su compañero. Siente un cosquilleo adentro de su cuerpo y muchas ganas de moverse, de bailar. Abre la ventanilla y disfruta al sentir el frío viento pegar contra su frente sudada. Quiere llegar a ese boliche y bailar, lo que sea, ya.

- Creo que estoy empezando a sentir algo…

- Me alegro, disfrutalo. - le dice su novia sonriendo mientras se estira desde el asiento de adelante para darle un pico. Apenas despega sus labios de los del argentino le dice algo al taxista y éste acelera.