26.1.10

el príncipe bogotano


Hoy es 25 de enero. Había comprado este cuaderno en Córdoba con la intención de ir escribiendo algo similar a una bitácora de viaje, algo que ya había hecho en el viaje de Bolivia-Perú-Chile del 2001 y el del sudeste asiático en el 2003. Pero x alguna razón, qué aún no sé cuál es, esta vez no ha funcionado. Probé incluso escribir en tercera persona y tampoco. Decidí que no debía forzarme a hacerlo. Estoy de vacaciones, no tengo xq hacer algo q no tengo ganas; y fue así como sólo completé unas pocas hojas de este cuaderno.


Ahora estoy en Quito, en lo que teóricamente es “la mitad del mundo”. El hostel donde me albergo se llama oportunísticamente (existe tal palabra?): “El centro del mundo”. Llueve y yo tomo una cerveza en un bar rockero frente a mi hostel. Acabo de terminar de leer “Los amigos soviéticos” de Juan Terranova, libro que me regaló el mismo x haberle ayudado a gestionar la presentación de éste hace un par de meses en el Centro Cultural España-Córdoba. La novela no me partió la cabeza en dos pero sí me entretuvo bastante. Como le dije al mismo Terranova en un mail que le mandé hace unos días: “fue una bocanada de oxígeno” ya q venía leyendo/pariendo “Noche sin fortuna” de Andrés Caicedo. No lo estaba disfrutando así q al igual q con lo q me pasó con la bitácora, decidí no obligarme y dejarlo. Ahí fue cuando agarré el libro de Terranova y leerlo fue como volver a andar en bicicleta después de caerme varias veces al intentar montar un monociclo.


Suena Manu Chao. En el bar q estoy tomando una Pilsener suena Manu Chao. Pobre Manu. Ha sido gastado hasta el hartazgo en grupos de pseudohippies q ya me cuesta escucharlo; y pensar q hace menos de un año lo vi en vivo x 1era vez en el Cosquin Rock junto con mi el nico y fue, sin duda, uno de los mejores recitales de mi vida. Pero escucharlo a través de los parlantitos de compu de un bar de Quito no es lo mismo, definitivamente.


Vamos de mal en peor. Ahora suenan Los Enanitos Verdes. “Lamento boliviano” para ser más precisos. Es una versión en vivo, peor q la original xq en un momento la banda deja de tocar y el público canta el estribillo, sin música.


"y yo estoy aquí

borracho y loco

y mi corazón idiota

siempre te amara..."


Las otras personas q están en este bar, todos aparentemente ecuatorianos, se suman al público en los coros. Nunca entendí xq Los Enanitos Verdes tuvieron más éxito y popularidad fuera que adentro de Argentina. Acá y en Perú, Bolivia, Colombia y Chile los aman. Son de Medoza. Definitivamente, como diría Terranova, son una banda de rock andino o incluso rock inca.


Con esta lluvia, con este gris oscuro en el cielo me dan más ganas de escuchar Sigur Ros q Los Enanitos Verdes, pero dudo los islandeses gocen de popularidad x estas tierras de latitud cero. Si me levantara y pidiera en la barra algo de ellos lo más probable es q la respuesta sea: “algo de quién?!” No tengo ganas de pasar x eso. Ahora suena “Por el resto de tus días”, dios! No estoy seguro el tema se llame así pero es lo q dice el estribillo. También es en vivo. Se escucha una multitud ferviente atrás de la música; me pregunto dónde será ese concierto. Definitivamente no en Argentina; jamás reunirían algo similar a una multitud.


Y ahora “Yellow Submarine”. Ja! Creo q es el único tema de los Beatles q no me gusta, y el único q canta Ringo. Perdón Ringo, no es nada personal contra vos. Y eso q siempre me pareció interesante los temas cantados x bateristas; supongo q como todo lo exótico en la vida. Me gusta el hecho de q las voces vengan de allá atrás, el contraste entre la rigidez de la cabeza y las manos y los pies que no paran de moverse.


En la mesa de al lado hay un par de ecuatorianas q me miran de tanto en tanto, sobre todo una. Supongo q piensan algo como “q hace este pibe tomando solo, escribiendo?” Me senté en una mesa junto a ellas x la eventual posibilidad de una charla pero, con lo cagón q soy, dudo q ello suceda.


Hago q no me funciona el encendedor para pedirles fuego a las chicas éstas, pero -justo cuando represento esta patética escena- la q me miraba se levanta y se va, supongo, al baño. Con suerte, cuando vuelva, la amiga le dirá q me acerqué a ella, q parezco simpático, q hablo español, q no soy un gringo como la mayoría de turistas q pululan esta área. Le pregunto a la q le pido fuego si es de acá y me dice q no, q es de Colombia. Igual le consulto, como para hablar de algo, cuanto tiempo hay de acá a Guayaquil, aunque haya preguntado lo mismo unos horas antes en la oficina de turismo. A diferencia del policía de la oficina (en Ecuador los empleados de turismo son policías, y simpáticos!) me dice q son 5 y no 8; lo cual es un problema xq tengo pensado salir tipo 10 pm, pero si hago eso llegaré a Guayaquil alrededor de las 3 am, lo cual no es bueno cuando se trata de un turista en una ciudad nueva, en una ciudad habitada por millones de desconocidos.


Dios! Ahora suena Vilma Palma e Vampiros. “Déjame, déjame, q te toque la piel…” canta el Pato (así se llamaba?) y las coristas repiten “uooh, oh, oh…” Otra banda q es un “hit andino” y eso q estos son de Rosario, no de Mendoza.


Me estoy haciendo pis, mucho pis. Pienso en pedirles a las chicas de la mesa de al lado q me cuiden las cosas mientras voy al baño (tengo la mochila con todo adentro), cosa q seguramente aceptarán pero, y qué si cuando vuelvo mis cosas no están y ellas tampoco? Sería el episodio más looser de mi historia, o al menos otro de los tantos. La amiga de la q me mira fue al baño también! Es el momento! No se va a ir sin su amiga o si se lo hace al menos puedo retener a su amiga si nuestros pises son sincrónicos (existe esa palabra?) y zamarrearla (va con z?) hasta q me diga dónde puedo encontrar mi mochila con mi vida adentro. Mingitorio, allá voy.


Bueno, x suerte mi delirio paranoico no se cumplió y mis cosas siguen acá. Cuando la pregunté a la q me miraba si me podía cuidar las cosas me dijo “claro, yo te miro la mesa, no te preocupes…” igual creo q fue el meo más rápido de mi vida.


Vilma Palma sigue sonando. Entonces pienso en las coristas del grupo. Son miembros estables del grupo. Pienso en cómo se las tendrá q ingeniar la banda para q todos los temas lleven esos coros femeninos como para justificar esos dos miembros. La canción q suena ahora no la conozco, no es uno de sus hits, al menos no en Argentina. Las chicas igual corean.


Hoy recorrí Quito, al menos parte de ello. Me desperté tipo 7 am, desayuné en el hostel, me fumé uno de mis cigarrillos de tabaco armado y me volvió a dar sueño entonces agarré y me volví a acostar. Una siesta post-desayuno. Según C, mi romance de verano, eso está totalmente legitimado y se llama “power nap”. El concepto me pareció fantástico; es acertadísimo. Entonces vuelvo a pensar en ella. Pasé 4 noches, muy lindas, a su lado, en las cuales me hizo sentir “el príncipe bogotano”. X un momento hasta consideré quedarme el tiempo q me restaba del viaje junto a ella en la capital colombiana; lo dudé mucho y ella parecía no sólo no tener problemas sino aceptarlo gustosa pero tras meditarlo en su ducha después de hacer el amor allí, decidí q no; q tal cosa no sería consecuente con el peregrino q pretendo ser. Fueron 4 noches maravillosas y ya. Creo q estoy aprendiendo a renunciar a las cosas en el momento adecuado; al menos eso intento.


Estaba contando q hice hoy, cierto. Bueno, tras la “power nap” pregunté cómo llegar al centro y no pararon de indicarme medios de transporte. – No se puede ir caminando? Soy jóven, me gusta caminar... dije; pero x la cara q me ponían mis interlocutores intuí q, al igual q a los japoneses, a los ecuatorianos no les gusta caminar. Igual lo hice, me fui caminando y lo disfruté. En un parque compré una ensalada de frutas (con sandía, mango, guayaba y papaya!) y caminé y caminé durante cerca de una hora intentando estar lo más consciente posible; algo q me viene costando bastante últimamente. Consciente en el sentido zen, a eso me refiero.


Sigue lloviendo y entonces recuerdo q en el hostel dejé colgada en la soga mi toalla, una maya y un calzoncillo; la puta madre! Espero q al menos no se hayan caído al suelo. Aparte de dar vueltas x Quito, hoy también me dediqué al consumismo. Cosas q compré: una versión pirata de “Toda Mafalda” a 8 usd; una antología de cuentos rusos, seguramente influenciado inconscientemente x el libro de Terranova; un libro de cuentos de un ecuatoriano llamado Raúl Perez Diez Perez Torres y una novela de otro ecuatoriano llamada “El Muelle” x Alfredo Pareja Diez Canseco; 2 dvd´s de compilados de cine ecuatoriano y colombiano; 2 musculosas y 2 cintos.


Me estoy meando de nuevo, dios! Supongo es lógico después de haberme bajado la botella de Pilsener de 600 cm3. Cuando pienso en volverle a pedir a las chicas q me cuiden las cosas, éstas se levantan y se van. Al otro lado hay una pareja, al menos una chica y un chico tomando también cerveza. Lo raro es q ella es blanca y él, negro; cosa para nada común acá ni en Colombia. Lo sé xq me he fijado en ello e incluso le he preguntado a algunos locales. Me he fijado xq siempre me han parecido interesantes las parejas interraciales, x más connotación pornográfica q esto tenga; y es algo para nada común x estas tierras. Igual no se besan ni se hacen mimos así q capaz son amigos, pero igual me gusta. Parecen buena gente, les voy a preguntar si me cuidan las cosas mientras voy al baño.


Cuando volvía de mear no me pude contener y pedí otra cerveza. Mientras la chica de la barra la buscaba en la heladera miré las cartas del local q descansaban en el mostrador y leí “Lennon Bar”. Supongo eso explica xq ahora suena “Imagine”, una hermosa canción tristemente trillada y q considero q sólo pudo haber tenido tanto éxito x ser habido sido compuesta x él, en ese entonces. Me imagino q espantosamente cursi sería esa letra escrita hoy x otra, cualquier otra persona; incluso Dylan.

Ahora suena “Give peace a chance”. Más o menos lo mismo q con Imagine. Hay un montón de canciones de Lennon, y sobretodo de los Beatles, q me encantan xq no son casi conocidas, al menos no las pasan x las radios ni en los bares. Esas son las canciones q me encantan. Básicamente serían casi todas las q no están en el disco “One”. Siempre pienso q, como tengo toda la discografía de los Fab. Four en mp3, voy a hacerme un cd compilado con esas canciones casi desconocidas para escucharlas en el auto; pero, como tantos otros proyectos en mi vida, sólo lo pienso.


Hace frío y no ha parado de llover. Pienso en Maná, en q x favor no pasen Maná ahora. Sería la patada en las costillas cuando estoy en el suelo. Pienso en mi toalla, colgada en la soga del hostel, absorviendo litros de agua q baja del cielo; y yo acá sin moverme, tomando mi 2da birra. Pienso en q tenía ganas de bañarme antes de tomar el bondi a Guayaquil y q no voy a tener con q secarme.


Cramberries! Ahora suena Cramberries! El tema es “Salvation”; no es uno de mis favoritos pero al menos es algo no tan predecible. Xq odio lo predecible? - Dante, xq odio lo predecible? Pienso q eso debería haberle preguntado a mi psicólogo cuando hacía terapia. Sé q en algún momento volveré a su diván y entonces se lo voy a preguntar: Dante, xq odio lo predecible? Ah? Xq? Entonces pienso q no me molestaría q pusieran todo el disco “No need to argue”, de pé a pá; de hecho creo q lo disfrutaría mucho. Es, sin duda, uno de los discos de los 90, mi década fetiche. Quizás sólo pediría q saltearan “Ode to my family”; igual q si pusieran “Pablo Honey” pediría q saltearan “Creep”. Tengo problemitas con la música, lo sé. Me voy a estrujar mi toalla.




20.1.10

penélope

el viaje de Bogotá a Cali duró todo el día. llegué a Cali tipo 23, cagado de hambre. tomé un taxi desde la terminal al hostel q extrañamente está en un barrio super residencial. dejé la mochila y tuve q caminar mucho para conseguir donde comer, encima acá cenan tipo 7. en el camino le pregunte a 2 prostitutas donde podía encontrar un bar para comer algo y una, la más gorda, me dijo q la comiera a ella. la otra se rió y dijo q cuando terminara con su amiga, si aún tenía hambre, podía seguir con ella. no eran feas, ni me producían temor como x lo general me producen las prostitutas. se reían en serio, sin forzarlo; parecían disfrutar estar ahí al costado de la avenida mostrando el culo. les dije q comía algo en el bar y q tal vez las buscaría para el postre. la gorda me tiró un beso, la otra dijo "qué chébere son los argentinos…"; yo en musculosa blanca y sandalias en una ciudad tropical me sentía Don Johnson en Miami Vice.

comí una hamburguesa en la calle, estaba todo cerrado. cuando volvía caminando al hostel, un negro de la calle q estaba parado frente a la puerta de un bar me dice: "amigo, perico, marihuana?". dije q no instintivamente, ya harto q me ofrezcan de todo en la calle pero unos pasos más adelante me frené y pensé: hoy dormí todo el día en el bondi, no me voy a dormir más ahora, no estaría mal fumarme un tranqui para conciliar el sueño. sabía q no tenía más, q el último pedacito lo había fumado en villa de leyva con una amiga, mirando las estrellas, escuchando unos borrachos que cantaban temas de los cadillacs. la cuestión es q me volví sobre mis pasos y le dije al negro: "a cuanto?". la idea era no decir más q esas 2 palabras para hacer la negociación, para q así no se diera cuenta q era extranjero y entonces me pregunta "qué cosa, perico?" le contesté q no, q marihuana y me dijo q a 2 mil cada porro. no era caro. son como 4 pesos argentinos cada uno y son unas bombas q las mezclo con tabaco y me rinden bocha. me puse capitalista y le dije “dame 5”. me pidió los diez mil pesos y no entiendo en qué estaba pensando porque se los di. me dijo q lo tenía escondido en la esquina q lo buscaba y me lo traía y yo q insisto: no sé en q estaba pensando, se los di. me dijo "esperame aqui", y yo me prendi un cigarrillo y me senté a esperar en un cantero como penélope.

3 metros más adelante había una vendedora ambulante de golosinas, cigarrillos y minutos (sí, de minutos. acá hay una cosa muy extraña q son personas q van x la calle con un montón de celulares colgando. los tienen enganchados al cinturón con una cadena como la de mi billetera, un poquito más larga. hay algunos q tienen más de diez! al principio no entendía pero estuve averiguando en el tema y la cosa es así: hay un montón de compañías de celular en Colombia entonces ellos tienen tarifa plana para cada una de las empresas entonces dependiendo a q operador vas a llamar te dan tal o cual teléfono y te cobran 200 pesos el minuto (40 centavos) y parece ser q les rinde xq están x todos lados. son como telecentros ambulantes. super cómodo. hay hasta en la playa, lo juro. estás tirado al sol, tomando una birra y pasan tipos en cuero, maya y 10 celulares colgando). en fin, la cuestión es q estaba esta mujer vendedora de minutos y afines y vio toda la transacción. tb lo vio un viejo q estaba al lado de la vendedora. miraron como mi dealer se iba, me miraron a mi esperar, hablaban entre ellos, negaban con la cabeza. noté q el viejo quería establecer contacto visual, al principio me negué, pero cuando empezaron a pasar los minutos y el dealer no volvía comencé a aflojar. bastó para q nuestras miradas se cruzaran un segundo para q comenzara a caminar hacia mi.

mucha gente me confunde con europeo acá y creen q tengo plata entonces intento hacer saber q soy latino de antemano x lo q antes q me dijera algo le dije: "hola amigo, qué hubo?" y me respondió algo que no entendí. la voz sonó como un graznido; pero sí capté el tono interrogativo. "perdón, no le entiendo..." dije y entonces el tipo se llevó la mano al cuello, se lo apretó y dijo: "qué cuánto le diste?" la voz aun sonaba como a graznido pero al menos se podían entender las palabras. "10 mil, por qué?" y nuevamente el graznido incomprensible. "cómo?" pregunto. y nuevamente la mano al cuello y: "que no va a volver..." entonces ahí presté atención a cuando se sacó la mano del cuello y vi un hueco. en la parte de adelante del cuello, abajo de la nuez, el viejo éste tenía un hueco; y lo q hacía con la mano era tapárselo para hablar, porque sino el aire de los pulmones se le escapaba x ahí antes de llegar a las cuerdas vocales.

unos salteños me habían contado que eso era común acá, pero yo no lo había visto nunca. sí se ve x la calle gente sin piernas, sin manos, brazos, sin orejas, con malformaciones terribles en la cara. es algo que me sorprendió mucho y a lo cual no logro acostumbrarme. veo lesiones o malformaciones q ni me hubiera imaginado q podían existir o sí, pero en chernobyl. creo que es todo producto de los conflictos de la guerrilla, muchas minas antipersonales. la vida de los narcotraficantes parece de ficción. no sabía q a Pablo Escobar como no lo dejaron entrar en un zoológico de bogotá se hizo su propio zoológico, el más grande de colombia, donde rinocerontes, elefantes, camellos, hipopótamos, cebras, jirafas, grullas, canguros, y una pareja de loras negras únicas en el mundo, se paseaban sueltos a sus anchas. sobre el portón de entrada, estaba colgada a modo de reliquia y homenaje, la avioneta con la que hizo el primer viaje de narcotráfico de cocaína a Estados Unidos. cuando su imperio comenzó a decaer y tras su asesinato en el 93, el zoológico quedó abandonado y muchos animales se escaparon. dicen que hay todavía hay hipopótamos perdidos en la selva.

en fin, q x lo q me contaron el hueco q tenía el tipo este en la garganta es producto de un machetazo. síp. era muy común q cuando la guerrilla tomaba un pueblo rural, aparte de matar como si nada a un montón de gente, también les produjeran severas lesiones físicas, para así hacer más daño al estado. un muerto no produce pérdidas, un paralítico o un tipo con un hueco en la garganta sí. hay q subsidiarlo, aparte de tener q albergarlo en la ciudad y q sea una metáfora con (o sin) patas y malformaciones del poder de las farc. no me pude imaginar lo que se ha de sentir recibir un machetazo en la garganta. hice el esfuerzo x no mirar su hueco y concentrarme en sus palabras, x suerte ahora ya no se sacaba la mano de la garganta. me dijo, de buena manera, que él era el q vendía en la zona, q el otro era un malparido. q no iba a volver, q hice mal en entregarle la plata, q en Cali se negocia con el producto en la mano, q le tendría q haber pedido q me la diera cuando le daba la plata. hice la conversión. 20 pesos argentinos. maldición, pero bueno, podría haber sido peor, pensé. "la próxima vez me buscas a mí..." me dijo con la mano en la garganta. "sí, claro..." dije mientras me levantaba ya resignado, sintiéndome el turista más boludo de la temporada Colombia 2010. "ese hijueputa malparido..." dije ya despidiéndome, queriendo sonar local y él: "chau colega" tapándose la garganta con la mano izquierda y extendiéndome la derecha. esto me resultó un gesto empático. en cuando apreté su mano sentí que tenía algo adentro, algo pequeño, cilíndrico y suave. lo miré a la cara y sonrió. "no tengo plata..." dije. "es un regalo, hermano", me respondió.




8.1.10