el viaje de Bogotá a Cali duró todo el día. llegué a Cali tipo 23, cagado de hambre. tomé un taxi desde la terminal al hostel q extrañamente está en un barrio super residencial. dejé la mochila y tuve q caminar mucho para conseguir donde comer, encima acá cenan tipo 7. en el camino le pregunte a 2 prostitutas donde podía encontrar un bar para comer algo y una, la más gorda, me dijo q la comiera a ella. la otra se rió y dijo q cuando terminara con su amiga, si aún tenía hambre, podía seguir con ella. no eran feas, ni me producían temor como x lo general me producen las prostitutas. se reían en serio, sin forzarlo; parecían disfrutar estar ahí al costado de la avenida mostrando el culo. les dije q comía algo en el bar y q tal vez las buscaría para el postre. la gorda me tiró un beso, la otra dijo "qué chébere son los argentinos…"; yo en musculosa blanca y sandalias en una ciudad tropical me sentía Don Johnson en Miami Vice.
comí una hamburguesa en la calle, estaba todo cerrado. cuando volvía caminando al hostel, un negro de la calle q estaba parado frente a la puerta de un bar me dice: "amigo, perico, marihuana?". dije q no instintivamente, ya harto q me ofrezcan de todo en la calle pero unos pasos más adelante me frené y pensé: hoy dormí todo el día en el bondi, no me voy a dormir más ahora, no estaría mal fumarme un tranqui para conciliar el sueño. sabía q no tenía más, q el último pedacito lo había fumado en villa de leyva con una amiga, mirando las estrellas, escuchando unos borrachos que cantaban temas de los cadillacs. la cuestión es q me volví sobre mis pasos y le dije al negro: "a cuanto?". la idea era no decir más q esas 2 palabras para hacer la negociación, para q así no se diera cuenta q era extranjero y entonces me pregunta "qué cosa, perico?" le contesté q no, q marihuana y me dijo q a 2 mil cada porro. no era caro. son como 4 pesos argentinos cada uno y son unas bombas q las mezclo con tabaco y me rinden bocha. me puse capitalista y le dije “dame 5”. me pidió los diez mil pesos y no entiendo en qué estaba pensando porque se los di. me dijo q lo tenía escondido en la esquina q lo buscaba y me lo traía y yo q insisto: no sé en q estaba pensando, se los di. me dijo "esperame aqui", y yo me prendi un cigarrillo y me senté a esperar en un cantero como penélope.
3 metros más adelante había una vendedora ambulante de golosinas, cigarrillos y minutos (sí, de minutos. acá hay una cosa muy extraña q son personas q van x la calle con un montón de celulares colgando. los tienen enganchados al cinturón con una cadena como la de mi billetera, un poquito más larga. hay algunos q tienen más de diez! al principio no entendía pero estuve averiguando en el tema y la cosa es así: hay un montón de compañías de celular en Colombia entonces ellos tienen tarifa plana para cada una de las empresas entonces dependiendo a q operador vas a llamar te dan tal o cual teléfono y te cobran 200 pesos el minuto (40 centavos) y parece ser q les rinde xq están x todos lados. son como telecentros ambulantes. super cómodo. hay hasta en la playa, lo juro. estás tirado al sol, tomando una birra y pasan tipos en cuero, maya y 10 celulares colgando). en fin, la cuestión es q estaba esta mujer vendedora de minutos y afines y vio toda la transacción. tb lo vio un viejo q estaba al lado de la vendedora. miraron como mi dealer se iba, me miraron a mi esperar, hablaban entre ellos, negaban con la cabeza. noté q el viejo quería establecer contacto visual, al principio me negué, pero cuando empezaron a pasar los minutos y el dealer no volvía comencé a aflojar. bastó para q nuestras miradas se cruzaran un segundo para q comenzara a caminar hacia mi.
mucha gente me confunde con europeo acá y creen q tengo plata entonces intento hacer saber q soy latino de antemano x lo q antes q me dijera algo le dije: "hola amigo, qué hubo?" y me respondió algo que no entendí. la voz sonó como un graznido; pero sí capté el tono interrogativo. "perdón, no le entiendo..." dije y entonces el tipo se llevó la mano al cuello, se lo apretó y dijo: "qué cuánto le diste?" la voz aun sonaba como a graznido pero al menos se podían entender las palabras. "10 mil, por qué?" y nuevamente el graznido incomprensible. "cómo?" pregunto. y nuevamente la mano al cuello y: "que no va a volver..." entonces ahí presté atención a cuando se sacó la mano del cuello y vi un hueco. en la parte de adelante del cuello, abajo de la nuez, el viejo éste tenía un hueco; y lo q hacía con la mano era tapárselo para hablar, porque sino el aire de los pulmones se le escapaba x ahí antes de llegar a las cuerdas vocales.
unos salteños me habían contado que eso era común acá, pero yo no lo había visto nunca. sí se ve x la calle gente sin piernas, sin manos, brazos, sin orejas, con malformaciones terribles en la cara. es algo que me sorprendió mucho y a lo cual no logro acostumbrarme. veo lesiones o malformaciones q ni me hubiera imaginado q podían existir o sí, pero en chernobyl. creo que es todo producto de los conflictos de la guerrilla, muchas minas antipersonales. la vida de los narcotraficantes parece de ficción. no sabía q a Pablo Escobar como no lo dejaron entrar en un zoológico de bogotá se hizo su propio zoológico, el más grande de colombia, donde rinocerontes, elefantes, camellos, hipopótamos, cebras, jirafas, grullas, canguros, y una pareja de loras negras únicas en el mundo, se paseaban sueltos a sus anchas. sobre el portón de entrada, estaba colgada a modo de reliquia y homenaje, la avioneta con la que hizo el primer viaje de narcotráfico de cocaína a Estados Unidos. cuando su imperio comenzó a decaer y tras su asesinato en el 93, el zoológico quedó abandonado y muchos animales se escaparon. dicen que hay todavía hay hipopótamos perdidos en la selva.
en fin, q x lo q me contaron el hueco q tenía el tipo este en la garganta es producto de un machetazo. síp. era muy común q cuando la guerrilla tomaba un pueblo rural, aparte de matar como si nada a un montón de gente, también les produjeran severas lesiones físicas, para así hacer más daño al estado. un muerto no produce pérdidas, un paralítico o un tipo con un hueco en la garganta sí. hay q subsidiarlo, aparte de tener q albergarlo en la ciudad y q sea una metáfora con (o sin) patas y malformaciones del poder de las farc. no me pude imaginar lo que se ha de sentir recibir un machetazo en la garganta. hice el esfuerzo x no mirar su hueco y concentrarme en sus palabras, x suerte ahora ya no se sacaba la mano de la garganta. me dijo, de buena manera, que él era el q vendía en la zona, q el otro era un malparido. q no iba a volver, q hice mal en entregarle la plata, q en Cali se negocia con el producto en la mano, q le tendría q haber pedido q me la diera cuando le daba la plata. hice la conversión. 20 pesos argentinos. maldición, pero bueno, podría haber sido peor, pensé. "la próxima vez me buscas a mí..." me dijo con la mano en la garganta. "sí, claro..." dije mientras me levantaba ya resignado, sintiéndome el turista más boludo de la temporada Colombia 2010. "ese hijueputa malparido..." dije ya despidiéndome, queriendo sonar local y él: "chau colega" tapándose la garganta con la mano izquierda y extendiéndome la derecha. esto me resultó un gesto empático. en cuando apreté su mano sentí que tenía algo adentro, algo pequeño, cilíndrico y suave. lo miré a la cara y sonrió. "no tengo plata..." dije. "es un regalo, hermano", me respondió.
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